De reyes magos y problemas vasculares


De reyes magos y problemas vasculares. 



La temporada navideña llega a su última estación, la de los reyes magos. El saldo de la época se resume en el aumento del nivel de triglicéridos y emergencias cardiológicas, además de deudas en las tarjetas de crédito. Hay quienes alargan la temporada navideña hasta el 2 de febrero, cuando llevan al niño Dios vestido de Chicharito Hernández a la iglesia; que igual, la tradición de la Candelaria, también tiene una relación directa con el aumento de colesterol y glucosa en el organismo; está bien, no concibo una navidad vegetariana, seguro el niño Dios se pondría triste.   

La temporada navideña tiene su encanto. Más allá de ser una época (según) para “reflexionar”, también es una época para ver a nuestra gente. Igualmente creo válido que sea fecha para el borrón y cuenta nueva. Algo así como una oportunidad de comprar calzones nuevos para los cagaderos venideros. Días de limpiar cajones, tirar cosas inservibles, lavar la conciencia; esto último muy bueno. 

El 6 de enero quizá sea la fecha con mayor trascendencia emocional de la época navideña. Stop aquí; no es cualquier cosa, son los reyes… En una economía lastimada como la mexicana, hay reyes magos de todas clases sociales: reyes de Liverpool y Palacio de Hierro, reyes de tianguis, reyes de Walmart, reyes que se roban el juguete ajeno, reyes en los ministerios públicos por robarse el regalo de otro niño; en fin, en la tragicomedia mexicana, hay lugares donde Melchor, Gaspar y Baltasar no llegan.  Lo que sí es que para muchos ya adultos, los reyes son una hipótesis seria, una imagen real, de que las mejores épocas ya pasaron. Qué mejor preocupación que ponerle comida a los reyes y una cubeta de agua para sus animales en la noche del 6 de enero. Qué mejor ansiedad que la de esperar la sarta de cosas que pedimos en la noche mágica. Esperemos que los reyes magos duren como tradición, antes que las intenciones privatizadoras de Santa Claus y Coca Cola acaben con la fecha. 

Don Juan…

La discusión con Maricela y Miguel Muñoz estuvo a gusto. El tema central de la discusión, después de haber comentado el campeonato mundial sub 17 de México y los posibles candidatos presidenciales del 2012 fue la religión, pasando por muchos conceptos como Dios, fe, herejía. Maricela, Miguel y yo, alguna vez coincidimos en un mismo ideal de fe cristiana, momento que recuerdo muy positivo en mi vida. Durante años participamos en un grupo de jornadas de vida cristiana de la iglesia católica, estoy hablando de hace 12 años; recordamos esos momentos como intensos, llenos de paz donde yo en lo personal conceptualizaba a Dios en la figura de Jesús.


El tema álgido de la discusión (álgido pero amigable) fue que yo ya no creo en lo que alguna vez creía, que no conceptualizo a Jesús como un Dios todo poderoso y que al contrario de la fe que alguna vez profesé, ahora pienso que todo el desarrollo espiritual no depende de un Dios siendo una tercera persona, sino depende únicamente de uno, interiorizando y buscando la plenitud en nuestra propia mente.


Nos dio por discutir lo indiscutible, las cosas de la fe son un verdadero problema cuando las tratamos de hacer colectivas; lo agradable de la charla es que se dio entre tres grandes amigos, que podemos intensear, sabiendo con quien estamos hablando. Mis posturas, quizá posturas de moda pero que en el momento actual defiendo a capa y espada, y que se refieren a que no tengo la posibilidad de comprobar la existencia de Dios pero también sería soberbio de mi parte negar tan legítima posibilidad. Cuestiono la existencia de lo que somos, pienso que somos una caca en el universo, cómo diría el Padre Hortelano en los kibutz de Apaseo el Grande, Gto. Pienso lo anterior y pongo el ejemplo con una bolita hecha de papel de servilleta, diciendo que eso es el mundo en el inmenso espacio que podemos percibir alrededor, y que dentro de ese mundo somos una insignificante partícula de carbono y que ante la existencia de miles de millones de años del universo, los 70 u 80 años que podríamos llegar a vivir resulta difícil pensar que significamos algo. Ahora bien, también digo que lo significamos todo por nuestras inmensas capacidades de amar y de sentir a través de lo que experimentamos, y que al estar parados en este planeta algo debemos de significar y eso me resulta maravilloso.


Cerca de dos horas de discutir cosas indiscutibles; Miguel platicaba experiencias vivenciales de los momentos que ha sentido la presencia de Dios, cosas que no pasan de la nada, sino que pasan por algo superior a nosotros, Miguel dice que es soberbio pensar que no hay algo más grande que nosotros, y tiene razón, lo que yo argumento es que no sabemos que hay y que no debemos mortificarnos por saber si existe o no existe algo. Maricela se enoja conmigo cuando le digo que de vez en cuando me da la gana rezar un padre nuestro a sabiendas que yo no tengo fe cristiana, ¿Por qué lo hago? Por dos cosas, porque me da la gana hacerlo y porque las palabras del padre nuestro me gustan, cuando de vez en cuando las digo, las rezo a lo que pudiera haber arriba de mí.


Pero quien es Don Juan; llevo tres párrafos explicando nuestras posturas religiosas y nuestras creencias personales, está plática se tiene que remontar una semana antes cuando Gómez, con su venda en la cabeza después de un cabezaso, nos hizo vibrar con su gol de chilena ante los alemanes. Mucho nos debe de interesar el tema de la religión, de la razón de nuestra existencia o del espíritu cuando esa tarde gloriosa para el futbol mexicano, platicábamos también de estos asuntos. Miguel nos platicó que un día fue a visitar al padre Sacramento en El Pueblito, uno de los dos padres que hacen exorcismos en Querétaro, más allá del morboso tema de los exorcismos, el padre Sacramento es un guía espiritual para mucha gente; Miguel platicó que un momento difícil en su vida, fue a platicar con el padre Sacramento y sintió una especie de protección cuando el padre le oró, para Miguel fue una grata experiencia que la vio materializada en bienestar. Yo no estoy cerrado a la nada, alguna vez fui muy creyente y seguidor de la fe católica, me considero una persona en constante búsqueda y a pesar que soy radical en pensar que la religión le ha hecho más mal que bien a la humanidad, no estoy cerrado a volver a creer en un Dios, así que fui a ver al padre Sacramento al santuario del pueblito.


Me tomé tiempo y fui a buscar a este personaje que más allá de la religión puede tener algún don, una espiritualidad superior, algo, lo que sea, que me pudiera aportar algo a mi vida. Iba caminando rumbo al santuario y me preguntaba que le iba a decir al padre Sacramento, literalmente iba a decirle que yo había dejado de creer en lo que alguna vez creí, sin embargo, no dejaba de ser creyente de algo, de algo que no conocía. El problema fue que el padre Sacramento realmente es muy solicitado y buscado por los feligreses, una señorita muy amable me dijo que si quería esperar a que se desocupara, que podría tener suerte o no de ser recibido por el padre, dije que lo esperaría y mi paciencia se agotó a los 3 ó 4 minutos de esperar así que decidí regresar a mis labores cotidianas.


Caminando de regreso a mi coche, me encontré a un bolero, mis zapatos suelen estar asquerosos y suelo bolearlos una vez al mes, así que decidí mejor esperar a que terminaran de bolear al cliente en turno para después yo bolearme los zapatos, en lo que esperaba me quedé mirando la plaza donde está la iglesia, el kiosko y lo que era la presidencia municipal de Villa Corregidora, a pesar de la invasión del mercantilismo en casi todo los rincones de lo que alcanzan a ver nuestros ojos, literalmente me sentía que estaba en un pueblito, si esto todavía se siente, pensé como sería la vida de los habitantes del pueblito 50 años antes, me vino a la mente esa relación constante de la gente con la religión, la misa, las costumbres, las fiestas, todo giraba en torno a Dios en un lugar pequeño donde yo creo no había muchas cosas que hacer. Hoy en pleno 2011 El Pueblito no deja de perder ese toque pueblerino que me resulta maravilloso; una señora ya mayor haciendo quesadillas con tortillas hechas a mano; unos niños, supongo yo, jugando en un curso de verano, un señor vendiendo frutas con chile y Don Juan, boleando zapatos sentado en su banquito y su cajita.


El señor en turno se despidió de Don Juan muy amablemente, era mi turno de se atendido. No soporto el silencio entre dos personas que coinciden juntas en un lapso mayor a tres minutos, aplique la que la aplico a todos los taxistas con los que me subo, y le pregunté a Don Juan, ¿y cómo va la chamba?, - pues ahí va, poca pero siempre sale algo. Sin preguntarle más Don Juan saco una credencial enmicada que contenía todos sus datos personales, me dijo que es por si le pasa algo en la calle pueden avisar en el asilo donde vive. El asilo del pueblito que se llama San Francisco de Asís, un señor ya mayor sentado a lado de mi intervino en la plática diciendo algo en lo que yo coincidía al 100%, ese señor San Francisco fue todo un mártir – Claro respondía, fue un fuera de serie, lo más grande que ha habido sobre la tierra – el señor, del que nunca supe su nombre, me dijo, el decidió ser así, su papá lo vestía con lo mejor y el iba y regalaba todo a los pobres. Me causó un poco de asombro estar platicando con un señor que se acercaba a los 80 años sobre alguien a quien en verdad, más allá del tema de la religión, yo admiro a Francisco de Asis, su vida se me hace de las vidas más perfectas que han pisado la faz de la tierra. El señor se despidió de Don Juan y siguió su camino.


Mientras Don Juan me boleaba los zapatos, me vino a la cabeza, el qué ha sido de su gente, y le pregunté donde estaba su familia – Pues mi esposa murió hace 20 años, y mis hijos después de que murió su mamá se fueron a vivir a Canada y hasta la fecha no sé nada de ellos – fue lo que contestó. Seguí con las preguntas - ¿ya nunca supo nada de sus hijos? No, un compadre fue el que los vio en Canada, dijeron que vendrían pero es fecha de que no lo han hecho, sólo espero que estén bien. - ¿Y usted de donde es? Volví a preguntar – soy de aquí, del barrio de San Fransisquito.


Don Juan me boleaba los zapatos con mucha energía, yo le calculaba unos 70 años de edad - ¿Cuántos años tiene Don Juan? Tengo 78 años, yo exclamé con asombro…. - 78 años¡¡¡¡…. Usted parece de muchos menos, está a dos de cumplir los 80 y todavía trabaja. Don Juna agregó - Pues mientras Dios me de esto no puedo pedir más, si usted viera las circunstancias como vive la gente en el asilo, hay personas que ya no se pueden ni mover, les tienen que dar de comer en la boca, yo estoy ahí para no estar sólo y mientras pueda trabajar los voy hacer.


-¿A qué se dedicaba usted Don Juna? – por muchos años fui distribuidor de la paleta tutsi pop, ya no es lo que era antes, cuando llegan nuevos directivos a las empresas, llegan con nuevas ideas a cambian todo, antes la tutsi pop tenía el relleno de chocolate y no de chicle, me fue muy bien por esos años, imagínese que yo en mi camión distribuía paletas por todo el bajío, conocerá al señor Tapia del Rey del Dulce aquí en Querétaro, pues al yo le surtía de paletas tutsi, mucho antes de eso, hay por hay de los 70 llegaba a ganar 20 mil pesos por mis comisiones, eso era mucho dinero, ganábamos muchas veces más que los gerentes y fue por lo mismo que nuevos directores dijeron que eso era imposible, que cómo sin tener una carrera íbamos a ganar mucho más que los mismo gerentes. Así que fueron reestructurando los planes de comisiones hasta que un día renunciamos cerca de 50 comisionistas, metimos en un problema a lo compañía porque todos los compañeros conocíamos las rutas y los manejos de la compañía.


Don Juan me casusaba asombro, boleaba perfectamente mis zapatos, pensaba que no era un bolero por la necesidad de trabajar sino más bien por la necesidad de sentirse útil. Tenía un estado de ánimo optimista ante la vida, no andaba en busca de nada, simplemente se dedicaba a procurar su tranquilidad.


Seguí platicando con él ¿Cómo le trata la madre Lucina? Me trata bien, yo le agradezco que me deje vivir ahí, yo tengo mis reglas en el asilo, de hecho yo pago mi comida, mi sopa porque debe usted saber que ahora ya es más barato como sopa que comer frijoles.


Le hice hincapié en lo bien que se veía de salud – pues mire joven, yo anduve en bici cerca de 30 años, hasta que un día me atropellaron sin mucha gravedad, pero a partir de ahí empecé a tener problemas en la rodilla, mismos que tengo hasta el día de hoy, y ya de viejo los dolores son mayores pero no me quejo.


No se queja de nada este señor, que no tiene a nadie en la vida más que así mismo.


Sin preguntarle me dijo – deje le cuento que después de ser distribuidor de tutsi pop, comencé a trabaja en helados Holanda, ahí aprendí a hacer nieves y helados, alcanza a ver la nevería que se ve ahí en la esquina – yo dije que sí, sin saber donde me decía – a pues yo ahí les hago los helados y las nieves, tengo mis fórmulas y debería ir un día a probarlas.


Volví a mentir- de hecho si las he probado – ¿y que le parecen? No pues buenísimas


– De hecho estoy por hacerles una de uva blanca, yo le puedo apostar que nadie la sabe hacer, nada más necesito ver bien la fórmula y pronto la venderán en la nevería.


La boleada de zapatos habrá durado cerca de 20 minutos más unos 5 minutos más que me quedé hablando con Don Juan hasta que precisamente recibió una llamada del dueño de la nevería, acordaron verse al otro día. – ya ve, hay me hablan para irles hacer sus helados y sus nieves.-


Le pague a Don Juan 20 pesos. Le dije que fue un gusto haberlo conocido y que ya por los menos nos habíamos echado la platicada. En todo el mar de ideas que tengo en la cabeza, tratando de encontrar la razón de nuestra existencia, me encontré con un señor que vive la vida sin mayor complicación, que agradece poder tener el sustento de sus boleadas de zapatos y sus helados que fabrica.


Regresando al día en que discutimos sobre los temas que no son discutibles, un día después de haber conocido a Don Juan, después de que les conté el grato momento de platicar con Don Juan, concluí que quizá la vida es extremadamente sencilla para ser vivida. Dos horas de interminable discusión que quizá Don Juan las aprovechó para dormir para tener fuerzas para el siguiente día irse a trabajar, a sus 78 años boleando zapatos y haciendo helados.

Facundo Cabral…






No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.





Facundo Cabral ( 1937 - 2011)






Me enteré por mi mamá que Facundo Cabral vendría a Querétaro, me puse de acuerdo con mi amiga Marcela y fuimos a verlo al auditorio Josefa. Siempre había tenido ganas de ver a Facundo Cabral. El día del concierto había poca gente; sólo una silla, un micrófono y una guitarra era lo que conformaban el austero escenario. Salió Facundo siendo asistido por una persona, con su bastón y sus lentes obscuros, sus clásicos pantalones y camisa de mezclilla. Vi a un Facundo viejo pero como siempre, con el alma joven, cantó el repertorio que había escuchado ciento de veces y que podré seguir escuchando porque como decía él, alegraba el corazón. Tuve la suerte de verlo en persona, de escuchar de un sabio lo simple que es la vida.





Facundo Cabral fue de los personajes que te hacen aventar al bote de la basura los antidepresivos y los ansiolíticos, trotamundos que te hacía soltar la carcajada inmediatamente después de una intensa reflexión, mancuerna perfecta de Alberto Cortez que nos dejaron esos magníficos discos de Lo Cortez no quita la Cabral; filosofo y utópico contemporáneo dedicado, como él decía, hacer lo que amaba por eso se lo dictaba el corazón, idealista incansable. Facundo Cabral era terapia pura, era un alma libre que contagiaba su alegría por vivir.





Hoy Facundo Cabral se fue de la forma como no se deben ir los buenos hombres, hoy ante los hechos de su asesinato, sus interminables canciones pudieran ser el chaleco antibalas que necesita la humanidad ante la inmensa degradación en la que vivimos. Un hombre que creía en la humanidad no puede ser matado por un ser humano, las inmensas incongruencias de la vida se hacen presentes en un mundo que requiere de más Cabrales.





Hoy, en algo si no estoy de acuerdo con Facundo Cabral, en que hoy si no hay buenas noticias; sin embargo, su muerte no borrará el mensaje de esperanza que dejó en un mundo cada vez mas convulsionado. Si el cielo existe, Facundo Cabral por fin ya es de un lugar. Hasta siempre comandante.

Si la vida fuera ciencia ficción.





Uno no es lo que quiere, sino lo que puede ser....
Payaso, José José






No dudaría en ser William Wallace, convertirme en el libertador espontáneo de mi pueblo.




Me encantaría tener sexo con Natalie Portman escuchando Sweet Child o´ mine.




Recorrería América Latina en moto con Alberto Granado.




Sería estrella del Barcelona y al mismo tiempo amigo personal de Hugo Chávez.




Defendería a las focas canadienses a lado de Paul Mc Cartrney.




Inmortalizaría un gol en la liga inglesa escuchando de fondo Bohemina Rhapsody.




Estar casado y serle infiel a mi esposa con Julia Roberts.




Me hubiera encantado entrevistar a J. F. Kennedy, Jesucristo, Che Guevara, Osama Bin Laden, Teresa de Calcuta, Barack Obama y López Obrador.




Viviría como Francisco de Asís.




Sería futbolista famoso o estrella de rock y tubiera una vida de excesos.




Me hubiera encantado ser Axel Rose sin bipolaridad.




No tendría problema en haber sido estudiante del 68.




Me hubiera gustado ser progresista en la guerra cristera.




Ser quien soy y echarme una cascarita con Diego Armando Maradona.




Ser asesor personal de López Obrador y haberle impedido tomar Reforma.




Que chingón sería ser como Carl Sagan, igualmente ser como el Dalai Lama.




Ser el hombre más feliz del mundo, científicamente comprobado como Matthiew Ricard.




Ser teólogo de la liberación y convertirme en Papa… me llamaría Marcos I.




Científico moderno.




Actor porno para luego convertirme al cristianismo.




Figura del Toreo y luego convertirme en ecologista.




Legionario de Cristo y luego convertirme en franciscano




Ateo de nacimiento.




Ser amigo personal de Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez.




Me hubiera gustado ser estrella pop.




Bailar como vals el día de mi boda “November Rain”.




Si hubiera sido médico no hubiera dudado en ser psiquiatra…




Si hubiera sido José José, jamás hubiera cantado la canción de Payaso.

La legítima herejía. (en borrador)

Un hereje es aquel que tiene ideas opuesta a un dogma religioso. Hoy necesitamos más herejes que cuestionen lo que por años se les enseñó. Tenemos la maravillosa oportunidad de cuestionar lo que algún día se nos dijo en la iglesia. Los temas de la fe siempre son complicados,pero cuando creces en un mundo de buenos y malos, cielo e infierno, castigo o premio, llega un momento en que abres los ojos y te das cuenta la sarta de pendejadas que se te dijeron en el catecismo. Lo digo con todo respeto, aún recuerdo a una señora, que nos preparaba para la primera comunión, que nos decía a un grupo de niños entre 8 y 10 años de edad, que a Jesús le clavábamos una espina cada vez que cometíamos un pecado, nos enseñaba la imagen del sagrado corazón diciéndonos que las espinas eran los pecados que cometíamos, así que si peleábamos con los hermanos, desobedecíamos a nuestros papás, Jesús iba a ser lastimado por nosotros, en verdad eso daba miedo. Son cosas insignificantes con las que uno crece que te van formando criterios absurdos pensando en agradar a alguien que no ves pero que te dicen que ahí está.


Conozco cosa mínima lo que fueron los crímenes de la iglesia católica, y en verdad puedo justificar las estupideces que se cometían hace siglos en nombre de Dios, lo justifico por el hecho de que si hoy considero que seguimos conociendo muy poco de la verdadera naturaleza de las cosas, imaginémonos hace siglos que realmente no había nada o casi nada de conocimiento, cómo se podía concebir la vida si no era por un criterio sobrenatural que no tomaba en cuenta la naturaleza humana desde un punto de vista psicológico más que divino, y que de divino ha tenido muy poco bajo los criterios de la iglesia. Ahora, 500 ó 600 años después de todas las tropelías que cometió la Iglesia, si me resulta increíble que esta institución siga diciendo bajo que reglas vivir; en verdad trato de respetar y no ofender a nadie, pero me parece que la religión limita nuestro potencial intelectual y hasta espiritual.



Creo que sería soberbio decir que Dios no existe, no me consta su existencia pero tampoco tengo porque negarlo, he pasado años perdiendo mi tiempo en pensar si Dios existe o no existe; sí pienso que hay algo más allá de nuestra fuerza vital que algún día acabará con la muerte, pero no creo que sea un Dios administrador de todo que me premiará o me castigará según mis actos; entonces, qué hay después de esta vida, nadie lo sabe más que los muertos, y quizá los muertos tampoco lo sepan porque muertos están. Es un incógnita que muchos lo resuelven creyendo ciegamente que irán a la presencia de Dios y está bien, a nadie le hace daño que el vecino crea en Dios, igualmente a nadie le hace daño que el vecino sea un honesto y trabajador ateo. Creo que la humanidad se ha equivocado en tratar de dar una explicación a su existencia en lo maravilloso que puede resultar el universo desde un punto de vista religioso, concibiendo la vida en un manual de procedimientos incorregible donde todo está escritom¿, donde no hay margen de error a poder estar equivocado.



Yo alguna vez fui muy creyente bajo los criterios con los que se me educaron, y en verdad esto que escribo es una opinión muy personal que la podría resumir en que me tiene sin cuidado si Dios existe o no, puedo creer mucho más en un potencial espiritual que está dentro de cada uno que nos puede ayudar a tener esa trascendencia como seres humanos y que no dependa de un ser divino que está en algún lado, a eso lo podría llamar Dios, es una cuestión de concepto, de darle un significado gramatical, pero lo ideal sería experimentarlo, no creo porque tengamos que estar sujetos a cierto dogma para experimentar una naturaleza espiritual.



Trato de diferencia y hago el esfuerzo de comprender esa naturaleza, no la entiendo desde un punto de vista religioso, de hecho al ligar la espiritualidad con la religión me parece que hay un corto circuito, no hay una verdad absoluta más si debe haber una noble verdad, y esa la encuentra cada quien, sin la necesidad de que se nos prometa el cielo, sin necesidad de tirar las torres gemelas o esperar apariciones milagrosas de la virgen.



Cuando tratamos de entender la lamentable situación mundial desde un punto de vista religioso, conceptualizo a un Dios que nada tendría que ver con nuestras limitaciones, los humanos somos los directamente responsables de la catástrofe que vivimos en guerras, hambre, miseria, sufrimiento; es ahí donde creo más en la evolución de la especie para ser más sensatos que en la iluminación divina, creo que el problema radica en millones de mentes que somos parte de un problema de un mundo que ya parece inhabitable. Si conceptualizo al creador del universo desde la catastrofe mundial, lo podría visualizar como un ser que se equivocó tremendamente, que nos creo y que luego su creación se le salió de las manos, quizá somos su frankenstein y que ya no supo que hacer con nosotros y nos abandonó a nuestra suerte, lógicamente no; somos seres biológicos que deberíamos tener esa capacidad para aprender a vivir en armonía sin la necesidad de pedirle a un Dios que nos saque de nuestros inmensos problemas cimentados en sistemas políticos y económicos que no sirven.



En verdad, no pretendo ser difusor del ateísmo, ni siquiera me considero serlo, de hecho pienso que para muchos debe ser sano creer en Dios, el hecho que las personas tengan ese diálogo mental con quien creen que los ayudará debe ser bueno, a partir de las experiencias que haya tenido cada quien; si el concepto que se tiene de ese Dios es perfecto, creo que hará bien; pero si ese Dios angustia en vez de dar paz, creo que hace daño. Aquí cada quien es libre de creer en lo que le haga más bien creer.



Si tengo mis conflictos con la fe institucionalizada, la que dice como vivir, como pensar, que hacer, y hasta como resignarnos. La fe institucionalizada que ha sido parte de procesos históricos y políticos que nada tienen que ver con la espiritualidad, la metiche fe institucionalizada que desvirtuó el ideal del mismo Jesús, arrasando a millones a la ignorancia. Es ahí donde, políticamente, podemos opinar y diferir, sin embargo, sería sano para los que no estamos de acuerdo con la religión ser indiferentes ante este fenómeno social.……



más…..

Amor del Table… (Síndrome Maniaco Enculativo III)


El “amor” que se vende en los tables dances, por donde se le quiera ver, no deja de ser sincero; y antes de que usted que está leyendo estas líneas piense que soy un inmoral depravado, piense que la transacción monetaria que se realiza en el table es desde un inicio, una transacción honesta; uno paga y otras dan sus servicios, no hay posición de poder ni mucho menos, tampoco hay posición social, todas las clases sociales pueden adaptarse, como el ricachón sesentón que paga unas horas de convivencia con la necesitada mujer que presta sus servicios para contribuir quizá al sustento de su familia.


En el table dance se ve de todo, es un ente capitalista que vende besos, placer y hasta terapias psicológicas; también vende diversión en el caso de alguna despedida de soltero, el table vende hasta fantasías, es decir, remotas ideas de pensar que la chica con la que estamos en el privado, pudiera ser aquella que podría convertirse en la madre de nuestros hijos, pensado ingenuamente que hasta podríamos ofrecerle una nueva oportunidad dentro de la sociedad, diciendo la clásica frase “yo la saco de trabajar”, luego hasta podemos pensar que seríamos capaces de ponerle casa y darle camioneta para que lleves a nuestros niños a la escuela, creando paraísos inexistentes para crear la fantástica historia de amor que no encontramos desde que íbamos en primaria hasta llegar a la universidad, y que quizá por el efecto del alcohol y el efecto de nuestras necesidades emocionales, pensamos que con $ 160 de un privado que dura tres minutos, hemos encontrado a la mujer que estábamos buscando por los últimos 15 años, aquella media naranja que sabe despertar esas ilusiones con tierna voz y dulce aroma corporal. En el table se puede vivir un breve enamoramiento, que nos lastima brevemente cuando vemos que al salir del privado, ella, que nos dijo un nombre falso entró con otra persona a seguir cumpliendo con su jornada laboral y que quizá ya ha olvidado nuestro nombre.


Muchas veces el table dances es la aduana hacia una espectacular boda, donde los amigos vamos a despedir de la soltería a uno que, ante el protocolo teibolero de pensar que se está en el paraíso, pensamos que va al matadero del matrimonio, o me preguntó ¿cuál es el ritual de la despedida de soltero? cuando más concentrado debería estar el novio en lo que pronto será su boda y más que eso, cuando empezará a compartir su vida con la que se supone es el amor de su vida, el tables es muchas veces el pasaporte de una obligada convivencia de pensar que perdemos a uno de los nuestros (en el caso de los solteros), y él parece estar en un solemne acto donde a partir de ahí, resigna su monogamia.


Otras veces el table cumple esas necesidades de esparcimiento, de entretenimiento que uno busca involuntariamente, y digo involuntariamente ya que uno se llega a encontrar cada cosas que no piensa ver cuando va a un table, porque podríamos esperar que la chica que baila, de pronto se meta un hielo no precisamente en la boca, pero el ver a algún cuarentón con corbata ya suelta después de un duro día de jornada laboral, dispuesto a recibir ese hielo en su copa y luego darle de un golpe el último trago, son de las cosas que de pronto uno se encuentra involuntariamente en el table; igualmente con la tutsi pop, el que alguien esté dispuesto a probar ese memorable dulce después de haber sido introducido en partes muy intimas de una perfecta desconocida, son escenas muy….. mmmmm… peculiares, que nos ayudan a pensar que uno mismo, que está en lo que muchos podrían pensar es un deplorable lugar, no estamos tan mal mental y emocionalmente.


El table se ha convertido en un centro de negocios donde se puede ver al impecable director de una empresa en su faceta emocional más inestable; se puede ver al solitario hombre que paga por encontrar oído a sus problemas, que al platicar con una desconocida las cosas que le suceden en la vida, piensa que encuentra la comprensión que al final de cuentas se vuelve tal con pagar un pomo y cierto número de bebidas a su compañera de la noche; hay quienes van al table con la conciencia intranquila de que mintieron a sus esposas para poder ir a ese lugar, pero que estando ahí juegan un papel de conquistadores que dejaron hace mucho tiempo, se comportan como caballeros que quizá nunca fueron, podemos ver una “hormónica” convivencia de amigos que opinan perfectamente de la belleza de cada mujer que baila en la pista: esa sí, esa no, esa tiene cesárea, esa que hace aquí si está gorda, con esa yo me caso, esa es una reina, esa es bien mamona, esa es a toda madre, esa le sabe, en fin, vemos de todo hasta mismas mujeres que van con sus amigos a ver lo que para ellas es un mito masculino.


El table, es un esquema de entretenimiento de las sociedades industrializadas que entre toda sus problemáticas, buscan sus válvulas de escape, y como válvula de escape en esas necesidades de amar y ser amado, se anestesian, por tan sólo unos instantes, las debilidades emocionales con las que muchos pueden vivir. El table es digno de un análisis sociológico y psicológico de lo que uno ve ahí, entre todos sus personajes, desde el cadenero con poder, el mesero buena onda amigo de todas la chicas y por supuesto, los muchos perfiles de los que en algún momento estamos ahí.

Enamorados, almohadazos y embarradas de pastel, en nuestra bendita clase media….(Síndrome Maniaco Enculativo II)

Aceptamos más la creencia de que el amor existe por medio de la cultura popular, que por medio de cualquier otra tesis; dice una chocante canción de alguien que se hace llamar Tito el Bambino que El amor es una magia / Una simple fantasía / Es como un sueño y al fin lo encontré /Es como una luz / que se esparce por el alma / y recorre como el agua / hasta que llena el corazón…. Y la neta chale, como diría un famoso blog promotor del ocio….hazme el chingado favor con tanta tontería que luego nos dice la música del amor.

Al estar tan inmersos en la cultura popular, en la excesiva información de los medios de comunicación y en una necesidad constante de “amar y ser amados”, confundimos los conceptos reales de lo que puede ser el amor por medio de imágenes y sonidos que hacen despertar nuestras emociones en el cerebro.

Desde un punto de vista romántico de la vida, me gusta escuchar el término “corazón”, utilizado cuando se le pone pasión a la vida, desde las cosas insignificantes hasta nuestras grandes misiones, el hecho de ponerle “corazón” a lo que hacemos, es darle un significado trascendental a las cosas que hacemos. Aunque en esos apasionamientos, el corazón (el órgano vital) simplemente reciba los perjuicios del estrés a lo que lo sometemos cuando vivimos la vida intensamente. Y si en algo estoy de acuerdo, es en ponerle corazón a nuestro vivir diario.

Pero esa parte romántica de la vida donde nos apasionamos de lo que nos gusta, podemos encontrar sensaciones corporales y creencias absurdas cuando creemos que estamos enamorados, y es ahí donde comenzamos a ser presas de suposiciones irreales de lo que creemos que vendrá al encontrar a la que posiblemente podría ser el amor de nuestra vida.

Es muy común encontrar muchos matrimonios que tronaron al poco tiempo, que en el gran día de su boda pronunciaron palabras para justificar su gran amor, como destino, Dios, amor de mi vida, felicidad etc… y luego, bajo esa perspectiva, sobrepusieron los estados mentales que genera la sensación de estar enamorado a la estabilidad, motivo por el cual al poco tiempo, al llegar las cuentas por pagar y en el constante andar, simplemente se dieron las gracias quizá después de unas cuantas mentadas de madre y algún pago de honorarios de abogado, es más, quizá la espectacular boda ni siquiera esté terminada de pagar cuando ya se divorciaron.

La cuestión es que por medio de la imagen hemos construido conceptos de lo que es el amor, todas las películas rosas, desde los buenos dramas hasta las comedias románticas gringas, nos hacen conceptualizar este término, por eso me pregunto ¿por qué carajos todos los enamorados juegan almohadazos? Lo hacen con sonrisa de oreja a oreja por toda la cama ¿Por qué en muchas escenas de enamorados las almohadas terminan rompiéndose y volando plumas por todos lados y ambos estallando en carcajadas? ¿Por qué siempre que los enamorados comen helado uno tiene que manchar de helado al otro en la nariz? ¿Por qué cuando los enamorados van a comer pastel uno embarra al otro de merengue en la mejilla y luego con beso le quita el merengue que le embarró? Estas escenas son muy comunes, y lo lamentable es que muchas veces aspiramos a que la vida de enamorado será eso, y ante las aspiraciones clasemedieras, no contamos que el nivel de vida de los enamorados debe de ir a doc para poder jugar a los almohadazos, para podernos embarrarnos el helado en la nariz o el merengue en el cachete y soltar una sonora carcajada, y que quiero de decir con esto, que todo el protocolo gira en torno a una posición económica donde podemos materializar la relación con una muy buena camioneta, muy buenas escuelas para los niños y una buena casa, así tengamos que hipotecar el alma, bajo ese escenario vendrán muchos almohadazos y muchas embarradas de helado y de pastel.
Lo preocupante aquí no es caer en una cursilería desmedía donde perdamos el límite de las sensaciones placenteras que nos genera el amor, eso se resolverá al paso del tiempo cuando después de las decima tercera ocasión en que nos embarren de merengue, soltemos un ¡no me estés chingando! …. Lo grabe es que en el proceso de estar enculado, perdamos la esencia de lo que somos o pretendemos ser, o buscar nuevas aspiraciones aunadas a ese motor que llegó a nuestra vida y que aquel viaje al extranjero, aquel viaje en moto, aquellas pretensiones de convertirnos en empresarios, aquella idea de cambiar el mundo, aquella idea en la mente que nos caracteriza, de pronto, por el hecho no de amar verdaderamente, sino de simplemente estar idealizando lo que es el amor, la arrojemos al baúl de las neuronas para emprender nuestro rutinario viaje al sistema cotidiano para convertirnos en lo que jamás quisimos ser.