Facundo Cabral…






No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.





Facundo Cabral ( 1937 - 2011)






Me enteré por mi mamá que Facundo Cabral vendría a Querétaro, me puse de acuerdo con mi amiga Marcela y fuimos a verlo al auditorio Josefa. Siempre había tenido ganas de ver a Facundo Cabral. El día del concierto había poca gente; sólo una silla, un micrófono y una guitarra era lo que conformaban el austero escenario. Salió Facundo siendo asistido por una persona, con su bastón y sus lentes obscuros, sus clásicos pantalones y camisa de mezclilla. Vi a un Facundo viejo pero como siempre, con el alma joven, cantó el repertorio que había escuchado ciento de veces y que podré seguir escuchando porque como decía él, alegraba el corazón. Tuve la suerte de verlo en persona, de escuchar de un sabio lo simple que es la vida.





Facundo Cabral fue de los personajes que te hacen aventar al bote de la basura los antidepresivos y los ansiolíticos, trotamundos que te hacía soltar la carcajada inmediatamente después de una intensa reflexión, mancuerna perfecta de Alberto Cortez que nos dejaron esos magníficos discos de Lo Cortez no quita la Cabral; filosofo y utópico contemporáneo dedicado, como él decía, hacer lo que amaba por eso se lo dictaba el corazón, idealista incansable. Facundo Cabral era terapia pura, era un alma libre que contagiaba su alegría por vivir.





Hoy Facundo Cabral se fue de la forma como no se deben ir los buenos hombres, hoy ante los hechos de su asesinato, sus interminables canciones pudieran ser el chaleco antibalas que necesita la humanidad ante la inmensa degradación en la que vivimos. Un hombre que creía en la humanidad no puede ser matado por un ser humano, las inmensas incongruencias de la vida se hacen presentes en un mundo que requiere de más Cabrales.





Hoy, en algo si no estoy de acuerdo con Facundo Cabral, en que hoy si no hay buenas noticias; sin embargo, su muerte no borrará el mensaje de esperanza que dejó en un mundo cada vez mas convulsionado. Si el cielo existe, Facundo Cabral por fin ya es de un lugar. Hasta siempre comandante.

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